Importancia de los Carbohidratos
Título de Profesora de Biología
Entre las sustancias químicamente esenciales para la vida encontramos un grupo de compuestos orgánicos clasificados como carbohidratos o hidratos de carbono, los cuales se encuentran involucrados en un gran número de procesos metabólicos en todos los seres vivos, existiendo un abanico tan amplio de carbohidratos, como de funciones en las cuales se encuentran involucrados.
Para empezar, y principalmente, se destaca el papel de estas sustancias con la generación de energía, ya que entre ellas se encuentran los azúcares aprovechables por el metabolismo para esta función, gracias a ser un recurso disponible de forma inmediata para el movimiento y las acciones celulares de cada uno de los seres vivos, sin embargo, además de servir también como intermediarios en muchos procesos metabólicos de los animales, la importancia de los carbohidratos recae sobre las funciones que éstos inicialmente tienen para las plantas.
Entre los diversos tipos de carbohidratos se encuentra un grupo que es poco considerado, pero que sin el cual no pudiesen existir las plantas: las fibras. La celulosa en este caso se presta como el más certero ejemplo de la importancia de los carbohidratos para el desarrollo de un “sistema de soporte corporal” totalmente distinto al esqueleto de los animales y que permite a las plantas poder alcanzar las grandes magnitudes de sus más altos representantes, por medio de la acumulación de esta muy resistente fibra, que también ha logrado ser procesada por el humano, para convertirla en el muy importante papel que empleamos a diario en casi cualquier actividad que desarrollamos.
Del mismo modo, aunque parezca extraño, los artrópodos – especialmente los insectos – y la mayoría de los hongos, se encuentran recubiertos de un carbohidrato: la quitina. Este polisacárido permite a hongos y artrópodos proveerse de una cubierta protectora tan resistente, que en el caso de los últimos, les sirve hasta de exoesqueleto, sin el cual serían unos bichos muy blanditos e indefensos aún de adultos, tan vulnerables ante cualquier depredador como en sus estados larvales.
Por otra parte, algunos carbohidratos también pueden establecer asociaciones químicas con otras moléculas, como por ejemplo el caso entre los glúcidos y las proteínas, formando glucoproteínas las cuales fungen de receptores hormonales y permiten su paso a través de las membranas celulares, destacándose de este modo en los procesos de transporte celular.
De azúcar a grasa
Los procesos de transformación que experimentan los carbohidratos son muy variables, todo depende del tipo de carbohidrato que sea, de la ruta metabólica en la cual intervenga y, por supuesto, de la sustancia producto que se requiera.
En este sentido, la transformación experimentada por los carbohidratos que más inquieta a la mayoría de las personas, es aquella donde pasa de ser un platillo exquisito a un incremento del volumen corporal, debido a la capacidad que tiene el hígado de convertir el exceso de azúcar en grasas, como reservorio de energía potencialmente utilizable en un futuro, que en la mayoría de los casos nunca llega, ya que a diario se siguen aportando los nutrientes necesarios y también los que seguirán acumulándose, de allí la gran importancia que tiene el mantener una alimentación realmente adecuada a las necesidades energéticas según las actividades propias de cada persona.
Pero no todos los azúcares experimentan esta suerte, muchos de ellos permiten la existencia de los procesos de fermentación, gracias a los cuales ciertos microorganismos son capaces de producir alcoholes, como el vino y la cerveza, y ácidos como el vinagre que puede obtenerse a partir de la fermentación de los azúcares de una gran variedad de frutas y cereales.
El combustible del pensamiento
Por múltiples factores en la complejidad de su funcionamiento, el órgano que más consume energía por sí solo en el cuerpo humano es el cerebro.
Se estima que aproximadamente un 20% de la energía empleada a diario para nuestra supervivencia es gastada nada más que por las funciones de nuestro cerebro, requiriendo para ello una de las rutas metabólicas más esenciales, la glucólisis por medio de la cual la glucosa es convertida en el indispensable piruvato que posteriormente será utilizado en el Ciclo de Krebs, obteniéndose el ATP necesario para el funcionamiento de cada célula, incluyendo las neuronas, que no se están quietas ni cuando dormimos, por lo que si quieres reducir esas incómodas acumulaciones de grasa en tu cuerpo, no hay nada mejor que aprovechar de convertirla nuevamente en glucosa para hacer más brillantes tus ideas.
Referencias
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DuPraw, E. (1971). Biología Celular y Molecular. s/e. Barcelona, España. Ediciones Omega, S.A.
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Lehninger, A. (1977). Bioquímica. 2da Edición. Ciudad de la Habana, Cuba. Editorial Pueblo y Educación.
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Ville, C. (1996). Biología. 8va Edición. México. McGraw-Hill.
Trabajo publicado en: Oct., 2022.
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