Importancia del Ejercicio
Título de Profesora de Biología
Con regularidad escuchamos decir a alguien que es necesario hacer ejercicio y por todos los medios existe una infinidad de materiales que nos muestran cómo trabajar cada parte del cuerpo, pero realmente qué tan conscientes estamos sobre la importancia que tiene mantener este hábito y cómo podemos determinar la rutina que se adapte a nuestras necesidades particulares.
La movilidad del cuerpo no sólo se debe a la presencia de un sistema óseo, sino a toda una compleja dinámica existente entre el soporte que éste nos brinda y la conducción que dirigen los músculos, gracias a la presencia del tejido conjuntivo, los tendones y los ligamentos, por ende, cuando se habla de realizar algún ejercicio físico se encuentran involucradas todas estas estructuras, necesitándose las siguientes consideraciones que se suelen omitir: 1) conocer las condiciones de los huesos y articulaciones de nuestro cuerpo, así como realizar una preparación previa a la actividad; 2) acondicionamiento de tendones y ligamentos, estimulando su correcta elongación para evitar potenciales desgarres e inflamaciones; 3) estar conscientes del límite de trabajo muscular, el dolor es señal de un exceso de trabajo y su consecuente acumulación de ácido láctico, por ende de daño, así que debe evitarse con toda prudencia; 4) una alimentación adecuada que permita la obtención de la energía necesaria; y 5) la incorporación de alimentos que también ofrezcan los nutrientes para la reconstitución celular por los desgastes generados, tal como el colágeno, la elastina, entre otros; y todo esto ha de realizarse según el tipo de ejercicio que vayamos a desarrollar.
Calistenia y otras sutilezas
El ejercicio físico puede ser realizado por medio de una variedad tan amplia de dinámicas y recursos, que no se requiere necesariamente de ir a un gimnasio ni de hacer inversión alguna de dinero para darle firmeza y fortaleza a nuestro cuerpo, en este sentido, la práctica de calistenia pueden ofrecer grandiosos resultados los cuales logran trascender desde la simple tonicidad muscular, hacia el auténtico incremento de la masa muscular haciendo sólo uso del peso del propio cuerpo, valiéndonos de cualquier tipo de espacio y recursos que fácilmente pueden hallarse en el entorno cercano.
Por otra parte, las enormes ventajas de ir a un gimnasio para ejercitarnos radican más bien en el compartir social, además de poder tener a un preparador físico capacitado, que puede orientarnos adecuadamente sobre cómo se ejercita cada parte del cuerpo en función de los resultados que se desean, aunado al hecho de servir como estímulo psicológico para mantener la constancia en el ejercicio físico, lo cual representa el factor determinante en el logro de cualquier meta y el establecimiento de los hábitos, en especial de los que exigen un mayor esfuerzo.
Necesidades corporales entre rutinas
La vida moderna y sus comodidades representan sin lugar a dudas grandes avances, tanto para el individuo como para la humanidad como sociedad, no obstante, también nos ha guiado hacia la adopción de rutinas cada vez menos dinámicas por medio de un mayor uso del intelecto, mientras el cuerpo se queda quieto.
Esta reducción de la movilidad mientras desempeñamos actividades prolongadas como el trabajo y el estudio, tienden a ir acumulando problemas de manera silenciosa y no es sino hasta que una considerable lesión física se manifiesta que nos damos cuenta. Un gran cúmulo de ejemplos los encontramos al observar cómo el sedentarismo y las malas posturas adoptadas de manera constante y prolongadas repercuten en la columna vertebral, produciendo como consecuencia múltiples lesiones que según su grado y ubicación pueden llegar a comprometer seriamente la movilidad de todo el resto del cuerpo, limitando la vida y desempeño de quien las padezca, de allí que sea de gran importancia establecer el hábito de incorporar algún ejercicio físico con el cual interrumpir a ratos la inmovilidad, restableciendo la flexibilidad natural que el cuerpo nos brinda, compensándole por mantenerle tanto rato inactivo.
Una vejez más saludable
El desarrollar hábitos que permitan mantener ejercitado nuestro cuerpo, no sólo nos ayuda a combatir los efectos del sedentarismo, tales como la acumulación de grasa arterial y la formación de coágulos sanguíneos que pueden llevarnos a padecer una gran variedad de afecciones tan severas como letales, por el solo hecho de permanecer demasiado tiempo inertes en la misma posición, como suele ocurrir cuando pasamos interminables horas sentados trabajando, sino que también nos permitirá alcanzar la vejez con una menor cantidad de afecciones acumuladas por la falta de movimiento y pérdida de la elasticidad corporal.
En este sentido, la mayor importancia del ejercicio físico radica en la oportunidad de mantener la funcionalidad óptima de todo nuestro cuerpo a lo largo de toda la vida, para así garantizarnos una vejez más saludable e independiente, con huesos y músculos capaces de seguirnos sosteniendo pese al desgaste natural de los años y la disminución progresiva de la capacidad autoregenerativa de nuestras células.
Referencias
Barbany, J. R. (2006). Fisiología del ejercicio físico y del entrenamiento (Vol. 24). Editorial Paidotribo. Barcelona, España.
de Miguel Calvo, J. Mra, et al. (2011). Efecto del ejercicio físico en la productividad laboral y el bienestar. Revista de Psicología del Deporte 20.2 : 589-604. Universitat de les Illes Balears. España.
Grima, J. R. S., & Calafat, C. B. (2004). Prescripción de ejercicio físico para la salud (Vol. 1). Editorial Paidotribo. Barcelona, España.
Art. actualizado: Enero 2023; sobre el original de julio, 2011.
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