Importancia de los Medios de Transporte

Las actividades desarrolladas a partir de los sistemas y la industria del transporte posibilitan procesos que tienen como objetivo prioritario, no solo el desplazamiento físicos, sino también la comunicación, y de este modo afectan a personas, animales, productos, materias primas, etc., para que puedan llegar a su destino conforme superar la distancia geográfica, siendo un recurso determinante en ámbitos como la educación, salud, producción, economía, el turismo, etc., para influir sobre el conjunto de la sociedad.

El transporte puede llevarse a cabo por todos los canales físicos o naturales: terrestre, marítimo, fluvial o aéreo, entre algunos de los más relevantes. No obstante, es completamente necesario definir los elementos que intervienen en este proceso para comprenderlo en toda su intensidad. En primer lugar, se requiere de una infraestructura para que se pueda llevar a cabo, tal como lo ejemplifica la construcción de aeropuertos o aeródromos para impulsar el transporte aéreo.

De la misma forma, es imprescindible que existe un medio de transporte o vehículo para canalizar estos movimientos: barcos, aviones, trenes o incluso algunos tan rudimentarios y aun valiosos como la bicicleta. En todos los casos deben ser impulsados por un operador, que implica a la empresa o persona que lleven a cabo la distribución, conducción o envío, no solo de artículos u objetos, sino también de individuos, ya sea uno mismo o terceros y de acuerdo a la capacidad y regulación local del transporte utilizado. En este último grupo se conforma una industria de tal importancia como es el turismo.

Clasificaciones en el transporte

El transporte, por otra parte, no es una actividad monolítica, sino que, por el contrario, abarca a diferentes tipos de desplazamientos o viajes. Por lo que respecta a sus frecuencias pueden llegar a ser nacionales o internacionales y urbanos o interurbanos. Otra de sus divisiones más notables es la que tiene que ver con su concepción y que generará que el transporte pueda llegar a ser privado o público. En este último caso, se tendrá que analizar a quien va dirigido (accesibilidad a las personas) y las rutas que implanta para ofrecer su servicio al destinatario. Mientras que en el transporte privado solo se tendrá en cuenta a una parte de la población, como por ejemplo el coche particular o taxi.

En cualquiera de los casos, el transporte es una parte muy importante para la economía de un país o área geográfico. Debido a que conforma una serie de sectores que son muy importante para su desarrollo económico o el incremento de la productividad. En este sentido, el turismo desempeña un papel muy notable en la economía española al ser el que más riqueza aporta. Con márgenes que oscilan entre el 13 % y 15 % sobre el Producto Interior Bruto (PIB), y con una gran incidencia en el empleo, con cerca de 3 millones de puestos de trabajo, siendo el primer sector de la economía nacional.

Mientras que por otra parte, este es un sector que lleva aparejado un crecimiento en la logística que requiere para su funcionamiento. Con una notable repercusión sobre la creación de empresas vinculadas a esta actividad. Y como consecuencia de ello, en el empleo (directamente o indirectamente). De esta forma, el segmento del transporte aéreo mundial (uno de los más representativos) ha llegado a generar un total de 65,5 millones de puestos laborales y aportando 2,7 billones de dólares a la economía internacional, según constata el estudio publicado por el Grupo de Acción del Transporte Aéreo (ATAG).

Energías renovables en el transporte

Una de las polémicas que genera este sector es la derivada del tipo de energía que usa para desarrollarse o impulsar sus líneas de negocio para los próximos años. En especial porque ha sido tradicionalmente un emisor de gases contaminantes (CO2, Sox…) para el medio ambiente. sobre todo por la utilización de los motores de gasolina y otros elementos de combustión similares que inciden en el deterioro del ambiente.

De todas las formas, en los últimos años se ha tendido a remediar este serio problema con la implantación de nuevas medidas en el transporte. Al optar por modelos más responsables desde el punto de vista medioambiental, como en el caso concreto de la electrificación de los vehículos terrestres o la utilización de biocarburantes para todos los medios de transporte (por carretera, aire o mar). Siendo este último apartado mucho más acorde con las normativas para reducir la emisión de gases contaminantes. No se puede olvidar que el segmento del transporte es el que más consume energía en países como por ejemplo España. Hasta alcanzar en torno al 40 % sobre el total del país, tal y como ha puesto de manifiesto un reciente informe del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).

Para optimar la eficiencia energética se han traslado a algunas naciones del planeta medidas como cambios en las conductas de los usuarios, renovación de las flotas de transporte y un uso racional de los mismos. Con la finalidad de que pueda repercutir positivamente en la calidad del aire.