Importancia de la Motricidad Fina
Título de Profesora de Biología
A medida que aprendemos a controlar los movimientos de los músculos más grandes del cuerpo, surge la necesidad de estimular y manejar adecuadamente los más pequeños, los cuales dirigen la habilidad motora fina de las manos, los pies y dedos, así como también de la cara, conforme avanzar hacia una coordinación conjunta que permita el desarrollo de actividades minuciosas como: 1) utilizar lápices y colores para escribir y dibujar; 2) manipular objetos diminutos como los botones de la ropa; 3) maniobrar con herramientas para la realización de diversas acciones por medio de la prensibilidad de manos y dedos; 4) realizar movimientos sutiles como los requeridos para cepillarse los dientes y peinarse; y 5) la sincronización de movimientos contrapuestos como los necesarios para atarse los cordones de los zapatos o utilizar un microscopio.
Como cualidad particular se tiene que en la motricidad fina la mayor habilidad subyacente es la relación entre los movimientos de la mano y la percepción visual por medio de la coordinación visomotora, siendo que para las personas con discapacidad visual el proceso de desarrollo de la fineza en los movimientos de sus extremidades se torna confuso y lento, en comparación con alguien cuya visión sea óptima, por lo que un retraso o dificultad en el desarrollo de estas destrezas en el niño puede ser una señal de estar presentando algún tipo de deficiencia no necesariamente motora, sino más bien visual, haciéndose recomendable su correspondiente evaluación por parte del especialista, del mismo modo, un adulto que repentinamente presente problemas en este nivel de movimientos pudiera estar sujeto a algún problema neurológico como las enfermedades neurodegenerativas tipo Parkinson o Alzheimer o bien un cuadro neurovascular, pudiendo servir la evaluación de la motricidad fina como recurso para monitorear los progresos tanto del padecimiento como de la recuperación.
Sutilezas del movimiento
Según el tipo de movimiento y los pequeños grupos de músculos que se encuentran involucrados, la motricidad fina puede ser categorizada en: 1) coordinación gestual, donde se encuentran agrupados todas las microexpresiones corporales que empleamos para comunicarnos de forma no verbal; 2) coordinación facial; con la que de manera más generalizada se realizan procesos como la masticación de los alimentos y también la expresión de las emociones con el rostro, como por ejemplo levantar las cejas o guiñar un ojo e incluso besar; 3) coordinación visomotora, la cual a su vez se denomina visopédica cuando se correlaciona el movimiento de los pies con la atención visual de sobre los mismos, mientras que cuando la atención se centra en la función de las manos es referida como visomanual; y 4) la coordinación fonética que nos permite la capacidad del habla, pero también su regulación por medio del adiestramiento consciente en su uso, tal y como se hace con los ejercicios de oratoria, la lectura en voz alta y con mayor énfasis en el canto.
Habilidades profesionales
El poseer un excelente control sobre la motricidad fina se traduce en una gran ventaja profesional para áreas que requieran de un desempeño manual como la mecánica, la robótica, la química y hasta para ser el asistente personal de algún empresario, pero indiscutiblemente se convierte en una exigencia indispensable a la hora de abordar las especialidades quirúrgicas de la medicina, en donde el fallo en el control de la coordinación visomotora puede tener un trágico desenlace, siendo necesario para evitarlo el mantener una rutina de ejercicios para los músculos más pequeños del cuerpo, los cuales pueden estar basados en la propia práctica de los movimientos específicos requeridos por la especialidad profesional, además de aquellos convencionales que se implementan desde la infancia, como el rasgado de tiras de papel, la manipulación de pelotas y otros objetos pequeños entre los dedos y el traspaso de figuras a través de sus vacíos geométricos superando diversos obstáculos.
La fineza del arte
Entre las profesiones que dependen de la motricidad fina para la realización directa de sus productos resultantes se encuentran las múltiples formas de expresión artística, desde la cerámica, pasando por la pintura, la escultura y la joyería, hasta llegar a la propia literatura y la música, absolutamente todas las formas de expresión del arte desarrollan al máximo su belleza gracias a la posibilidad de controlar el movimiento de las extremidades al más mínimo detalle con el cual permitirnos alcanzar los más altos niveles de perfección en las obras, hecho a su vez demuestra la necesaria cooperación entre la motricidad fina y la atención sobre lo que se está realizando, actividad que brinda grandes beneficios en las personas con déficit de atención y otras afecciones de la personalidad y la mente, encontrando en la estimulación de la motricidad fina por medio de actividades artísticas un importante recurso para ejercitar la atención y el autocontrol de las demás partes de su cuerpo y de la propia mente.
Referencias
Constante, M. (2017). Habilidades del área motriz fina y las actividades de estimulación temprana. Revista Publicando, 4(11 (1)), 526-537.
Rigal, R. (2006). Educación motriz y educación psicomotriz en preescolar y primaria. Inde.
Serrano, P., & de Luque, C. (2019). Motricidad fina en niños y niñas: Desarrollo, problemas, estrategias de mejora y evaluación (Vol. 84). Narcea Ediciones.
Umbo Yahuana, H. (2020). Motricidad fina y gruesa en niños de educación inicial.
Trabajo publicado en: Jul., 2023.
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