Importancia del Hidrógeno
Título de Profesora de Biología
Entre los elementos que más abundan en el Universo, el hidrógeno se presenta como el más ligero de todos en peso atómico, por también ser el más simple, con su único, pero destacadamente importante electrón. No sólo el agua depende estrictamente de la nobleza de este elemento en combinación con el oxígeno para poder existir, sino que absolutamente toda la materia orgánica – de una u otra forma – requiere de su loable capacidad estabilizadora del carbono, para ser generada, procesada, transformada o incluso degradada. También, las propiedades químicas de las sustancias, tales como la acidez y la alcalinidad, tienen una relación directa con el comportamiento del hidrógeno que pueda hallarse presente, hecho que lo convierte en el elemento clave que puede facilitar o entorpecer la gran mayoría de las reacciones químicas existentes.
La vital atmósfera
Considerando que: 1) el hidrógeno en su forma molecular simple se encuentra en estado gaseoso, en las condiciones normales de nuestro planeta; 2) es el elemento más ligero de todos los presentes en la tabla periódica; y 3) posee una gran estabilidad en su forma molecular más básica, es decir, satisfaciendo su afinidad electrónica con otro átomo de hidrógeno; no podía dejar de ser el elemento más abundante en la composición de la gaseosa atmósfera que protege a la Tierra.
Dicha abundancia y fácil disponibilidad de este recurso ha sido la base esencial para la existencia y manutención atmosférica, pero también es catalizador directo de los diversos fenómenos climáticos existentes, por medio de hechos que van desde la capacidad que tiene para dispersar la luz proveniente del sol, especialmente los rayos ultravioleta, hasta su capacidad combinante con otros elementos para conformar los gases de efecto invernadero, lo cual puede jugar tanto a favor como en contra de la estabilidad climática del planeta.
Del aire a la célula
Del mismo modo, la elevada presencia del hidrógeno entre las sustancias que componen la materia orgánica, y por ende a los seres vivos, le confiere a este elemento un papel altamente protagónico en cada uno de los asuntos tanto orgánicos como fisiológicos que hacen posible la vida.
Desde los lípidos que conforman la membrana de las células, hasta las moléculas que componen al ADN, todas las sustancias que han permitido la existencia y evolución de los seres vivos se convierten en ejemplo claro de la vital importancia que tiene el hidrógeno, haciéndose más bien curioso que fuese el oxígeno el responsable de los procesos respiratorios, en vez de este aún más abundante elemento.
Nuevas fuentes energéticas
Su extrema simplicidad por otra parte, no se convierte en sinónimo de carencia de poder. Muy por el contrario, existe un interés cada vez mayor sobre la utilización del poder energético del hidrógeno, para el desarrollo de nuevas fuentes de generación de diversos tipos de energía de una forma más segura y menos contaminante, situación que se ha convertido en una premisa ante las catastróficas consecuencias de la implementación de un modelo de generación energética basado el uso de los combustibles fósiles, con elevadas emisiones de Dióxido de Carbono a la atmósfera y de la transformación de la energía cinética del agua a través de las plantas hidroeléctricas y los drásticos cambios ambientales y geográficos que se han requerido para la inmensa mayoría de ellas.
El desarrollo tecnológico del este potencial energético del hidrógeno, pudiera convertirse entonces a gran escala en una de las fuentes de energía más responsables hacia el ambiente, debido a que las reacciones químicas involucradas en los procesos de generación energética en base a este elemento, en su mayoría sólo producen agua como residuo resultante, lo cual a su vez puede brindar enormes aportes a la solución de otro de los grandes problemas que enfrenta la humanidad, la escasez de agua. No obstante, muchos son aún los intereses particulares que imperan por encima del desarrollo de este tipo de recursos, a la par de la cantidad de transformaciones tanto físicas como políticas que han de ser asumidas por parte de Estados, inversores y ciudadanos, para que su implementación a gran escala sea una realidad viable que mejore la calidad de vida de toda la humanidad y armonice finalmente su relación con el resto del planeta.
Referencias
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Piqué, J. L. (2010). El hidrógeno y nuestro futuro energético. Universitat Politècnica de Catalunya. Iniciativa Digital Politècnica.
Ville, C. (1996). Biología. 8va Edición. México. McGraw-Hill.
Art. actualizado: Marzo 2023; sobre el original de mayo, 2013.
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