Importancia de la Legión Extranjera Francesa

Alsina Gonzàlez
Periodista esp. e investigador

Es difícil que a alguien le hablen del ejército francés y no haga una mención a la Legión Extranjera, el cuerpo de élite de las tropas galas más conocido, admirado y temido del mundo.

Para hacernos una idea de la reputación de este cuerpo, valga una anécdota: al acabar la Guerra del Golfo en 1991, el general Norman Schwarzkopf fue distinguido honorificamente como soldado de primera clase de la Legión Extranjera francesa, siendo el primer y hasta ahora único norteamericano en lograr tal distinción.

Esta le fue concedida porque tropas de esta temible unidad habían participado en la guerra.

Contaba el mismo Schwarzkopf que, tras la ceremonia, unos legionarios lo llamaron aparte y le entregaron un papel con un contacto telefónico. Le dijeron que, si alguna vez tenía problemas en cualquier parte del mundo, les llamara.

Schwarzkopf sonrió pensando que era una broma, pero su semblante cambió cuando vio las caras serias de aquellos hombres. Lo que le decían era cierto: “ahora eres uno de los nuestros”, y ello implicaba que, fuera donde fuera y en la situación que fuera, acudirían al rescate.

Probablemente, esta anécdota es posible porque la Legión es el único cuerpo del ejército que no jura fidelidad a Francia, si no a ella misma, a la Legión.

No obstante, en su código de honor individual y colectivo, consta explícitamente que los legionarios sirven con honor a Francia.

Su juramento se explica por su espíritu de cuerpo (en francés, esprit de corps), ya que en su seno acoge a soldados venidos de todas las partes del mundo, que han crecido y se han educado en diferentes culturas y hablando lenguas distintas.

La Legión Extranjera Francesa fue fundada en 1831 por orden del rey Luis Felipe I para dar cabida a los extranjeros que entonces servían en diversas unidades del ejército francés.

Históricamente, no ha sido raro que gentes de unos países sirvieran en ejércitos de otros, pero en el siglo XIX se afianzan los estados-nación, y los gobiernos quieren separar a “los suyos” de “los demás”.

Su primer estacionamiento fue en la Argelia francesa, y según la ley no podía ser utilizada en territorio francés. Sus primeras intervenciones militares de calado fueron en la Primera Guerra Carlista en España, y en México.

Ya desde el principio, los soldados rasos eran exclusivamente extranjeros, pero los mandos eran solamente galos. La promoción de los soldados extranjeros solamente llegaba al escalafón de suboficial, o bien una vez estos adquirían la nacionalidad francesa.

En la Guerra Franco-Prusiana de 1870/71, la Legión intervino por primera vez en suelo francés, violando la ley, pero debido a la necesidad urgente de tropas.

En la década de 1880 se labraron su reputación y también homologaron su imagen a las arenas desérticas del continente africano (que es también donde la ubica casi toda la filmografía relacionada con este cuerpo).

Si en la Primera Guerra Mundial la Legión vió acción en diversas batallas del frente francés, en la Segunda su actividad fue escasa.

Durante la primera conflagración mundial, los legionarios tomaron parte en destacadas batallas como la de Artois, el Somme o el matadero que será Verdún.

En la siguiente guerra mundial, actuaron sobre todo en Noruega al principio de la contienda, y también en el norte de África y Siria.

Tras esta guerra, la Legión luchó en Indochina, un conflicto en el que la batalla más destacada sea tal vez la de Dien Bien Phu. Paralelamente, los legionarios estuvieron presentes, ininterrumpidamente en el Marruecos francés (hasta 1956, fecha de la independencia), y en Argelia (hasta 1962).

Precisamente, en Argelia se dió un episodio de indisciplina que llevó a la disolución de todo un regimiento. Fue el primero de paracaidistas, que se levantó en armas contra el gobierno de De Gaulle en 1961 para protestar contra las conversaciones que acabarían llevando a la independencia argelina el año siguiente.

Una vez finiquitado el imperio colonial francés, la Legión parecía abocada a terminar su historia. Pero las necesidades de los conflictos modernos la llevaron a reinventarse.

Así, la actual Legión deriva de la época de la descolonización, habiendo sido replanteada como una fuerza de intervención rápida en cualquier lugar del mundo donde se la requiera.

Como he referido al principio de este artículo, la Legión también combatió en la Guerra del Golfo de 1991.

Otras intervenciones que han tenido desde entonces han sido en conflictos internacionales en los que Francia ha colaborado con otros países con la creación de una fuerza de interposición, o bien cuando los intereses franceses se han visto afectados, como en el caso de antiguas colonias galas.

Estas intervenciones incluyen el Chad, Congo, Ruanda, Zaire, Bosnia, Somalia, Kosovo o Mali.

Hasta hace unos años, para alistarse a la Legión Extranjera Francesa no es necesario dar una identidad real.

Incluso ahora, para hacer efectivo el ingreso, se puede utilizar un pseudónimo inventado (nombre de legionario). Digamos que no se hacen muchas preguntas a la hora de aceptar reclutas, lo que ha dado a la Legión el aura de ser refugio para criminales de todo tipo, algo que en el pasado era así, pero que actualmente se mira mucho más, por lo menos en lo que respecta a los criminales internacionales, ya que se exige un documento identificativo (como un pasaporte) en el momento de la inscripción.

No obstante, el precio a pagar por el anonimato y el refugio que brinda la Legión es alto: una formación y entrenamiento brutales, tanto en el aspecto físico (sobretodo) como en el psicológico, y el saber que son soldados “prescindibles”, a los que si hay que mandar a morir, se los manda.

Tras tres años de servicio en la Legión, un legionario puede solicitar la ciudadanía francesa. En cualquier caso, haya cumplido o no dicho periodo, todo legionario tendrá derecho a solicitar la ciudadanía si es herido en batalla (derrama sangre por Francia).

En el momento de nacionalizarse, el legionario puede optar por recuperar su identidad real o mantener su nombre adoptado, “desapareciendo” así para siempre bajo otro nombre.

Fotolia: Delkoo y Speedfighter (Logo)

 
 
 
Por: Alsina Gonzàlez. Estudios en ingeniería informática en la Universitat de Girona, experiencia en numerosos medios tradicionales y digitales de tecnología, e investigador en temas de historia sobre el eje de la Segunda Guerra Mundial.

Trabajo publicado en: Mar., 2019.
Datos para citar en modelo APA: Gonzàlez, G. A. (marzo, 2019). Importancia de la Legión Extranjera Francesa. Significado.com. Desde https://significado.com/im-legion-extranjera-francesa/
 

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