Importancia de la Toma de Decisiones

Es imposible saber de antemano y con absoluta certeza si una decisión es la correcta. Sin embargo, sí es posible adoptar algunas medidas para intentar que el camino elegido sea el adecuado.

La toma de decisiones lleva implícita una cuestión previa: la existencia de algún problema. Si hay un problema, es necesario identificarlo correctamente y con posterioridad iniciar una estrategia para encontrar la mejor solución posible.

Escuchar al corazón y luego analizar los pros y los contras de la decisión

No sabemos cómo, pero en nuestro interior sabemos o creemos saber lo que nos conviene. El problema consiste en que no siempre escuchamos esa voz interior. Nos dejamos influir por los demás o hacemos aquello que se supone que es lo correcto. Está bien escuchar a todo el mundo, pero no deberíamos dejar de escuchar al protagonista más importante de todos, nosotros mismos. En este sentido, hay una máxima socrática que vale la pena recordar: conócete a ti mismo. Otro principio que puede ser útil, es el siguiente: si algo nos hace felices, ese algo es bueno.

El yo interior es importante en la toma de decisiones, pero también lo es un correcto análisis de la situación. Para ello puede ser útil hacer una tabla comparativa entre los pros y los contras relacionados con la decisión que vamos a tomar.

Según la mayoría de estudios sobre nuestro cerebro, tenemos dos inteligencias, una puramente racional y una inteligencia emocional. Para que la toma de decisiones sea la correcta es necesario el u de ambas.

No actuar precipitadamente

En ocasiones somos impulsivos y tomamos decisiones rápidas. No consultamos al yo interior ni valoramos las posibles repercusiones de nuestras de nuestras elecciones. En la medida de lo posible siempre es conveniente madurar las decisiones y dejarlas enfriar durante un tiempo para así evitar el arrepentimiento posterior.

Hemos tomado una decisión y nos hemos equivocado

Imaginemos que hemos seguido las pautas anteriores y, a pesar de ello, nuestra decisión es incorrecta por cualquier motivo. Ante esta situación, hay que aceptar el error y aprender de él para que no se vuelva a repetir. Es lógico sentir una frustración inicial, pero no es inteligente desde un punto de vista emocional caer en el lamento y la desesperación.

Por otra parte, una toma de decisión fallida, puede no ser tan negativa como parece a primera vista. Los errores son una fuente de aprendizaje y el mayor error consiste en no tomar decisiones ante los problemas.

Imágenes: Fotolia. Rider – Christos Georghiou

 

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